El Swiss Cross es posiblemente el cuadro más icónico de Ritchey y lleva este nombre en honor al ciclista suizo Thomas Frischknecht. Su primera versión en 1994 fue una máquina de carreras diseñada para conducirla en tierra sin restricciones, logrando numerosas victorias y convirtiéndose en un cuadro venerado.
Ligero y adaptable, el Swiss Cross ofrece una respuesta fiable y una conducción precisa, con geometría lista para carreras y capacidad para neumáticos de hasta de 40 mm, ideal para quienes buscan más que solo competir.
Soldadura TIG con tubos de acero Ritchey Logic triple butted. El nuevo Swiss Cross está preparado para enfrentar cualquier desafío. ¡Corre, llénate de barro!